martes, 27 de abril de 2010

A principios de año siempre compro biromes y lápices extra para prestarles a mis alumnos. Hoy, en lugar de pedírmelos prestados, me robaron los útiles de la cartuchera. Es así: un día avanzás un paso y al día siguiente retrocedés diez.

jueves, 22 de abril de 2010

Ayer tuve clases de nuevo en el curso de Cristian, y él fue el que buscó los libros de la biblioteca y me pidió que le leyera de nuevo la leyenda de Dafne y Apolo porque la clase anterior no la había escuchado. Estuvo toda la clase en el primer banco y terminó la tarea antes que nadie. No canto victoria, pero creo que me lo estoy poniendo de mi lado. Es uno de los más bravos, así que es un buen comienzo.

sábado, 17 de abril de 2010

La docencia exige grandes dosis de paciencia y autocontrol y puede ser, a veces, un trabajo muy ingrato; el año pasado lloré mucho y me prometí como tantas otras veces cambiar de trabajo. Este año hablé con la directora, que sabe por loca pero más sabe por vieja, y me dio algunos sabios consejos que puse en práctica, por primera vez, la semana pasada. El miércoles a la mañana Cristian Vignatti estaba sentado con los pies arriba de la mesa, maltratando un libro de la biblioteca. Le pedí que no hiciera eso. Se levantó, tiró el libro al piso, se acercó a medio metro de mi cara y me grito: "¡¡¡LA CONCHA DE TU MADRE!!!!!" Me quedé quieta, no dije ni una palabra, lo miré como si me hubiera dicho: "¡Buen día!", volví a mi lugar y seguí con la clase. Él se volvió a su banco, levantó el libro del piso, se sacó la gorra y no volvió a poner los pies sobre la mesa.